domingo, 17 de junio de 2012

Él.

Sería la única persona de la que me enamoraría todos y cada uno de los días del año, a la que no he podido olvidar y que, a pesar de todo lo que he estado jodida por el sigo llevándole en mi mente y en mi corazón. Soy su primer amor, es mi primer amor y con el lo antepongo todo por lo que siento, porque es muchísimo más fuerte que todo lo que había podido experimentar antes. Me siento vacía, distante, fría y asqueada cada vez que aparece alguien que cree que le puede reemplazar. Aunque parezca mentira, el tiempo me ha hecho darme cuenta de que si hay alguien que de verdad te ha marcado, no es tan fácil de olvidar como dicen, que todas las personas que llegan a rozar tu corazón se quedan guardadas en un cajón de la memoria, y que, cuando menos te lo esperas, ese cajón se abre y salen los recuerdos a la luz de nuevo, porque el pasado siempre volverá en cierto presente y hará que no olvides los recuerdos bonitos.
Está tan lejos, pero yo le noto tan cerca, que me parece imposible la idea de no poderle ver todos los días, de no abrazarle, no decirle cuanto le quiero y que haya algo de por medio que nos separe. Me haría extremadamente feliz que llegase el día en el que el estuviera conmigo, porque no pararía ni un solo segundo de abrazarle y de demostrarle lo que en casi seis meses no le he podido demostrar de verdad. Es tan especial, que las palabras se quedan demasiado cortas para expresar todo lo que es, porque solamente yo sabría como definirle. Le conozco a fondo y sé como es, sus manías, todo lo que le hace sonreír y lo que le hace llorar... ha sido mi alma gemela, mi confidente, la persona con la que más confianza he tenido y con la que no me importaba ser como realmente soy, porque el me quería tanto con mis virtudes como con cada uno de mis innumerables defectos. Podría pasarme una vida entera nombrando todo lo que ha hecho que me enamore de el, porque a día de hoy, hasta adoro sus defectos, añoro sus manías y me pierde su forma de ser, a veces tan rara, otras tan diferente. Podría pasarme días enteros hablando con el y encontrar para cada momento un tema de conversación diferente, con tal de mantenerlo a mi lado y escribir mil detalles pequeños sobre él, porque con cada letra recuerdo lo feliz que he sido, y lo feliz que el me sigue haciendo.
Es en los momentos en los que de verdad necesito un abrazo es cuando imagino que el está ahí, y que con un simple abrazo y un "todo va a ir bien" logra quitarme las penas y hacerme sonreír, lamentablemente solo es un sueño, pero soy tan incrédula que pienso que es verdad. Vivo con la esperanza de que mi mayor sueño se haga realidad, porque de todas las cosas que he podido desear a lo largo de mis catorce años de vida, ésta es, sin duda la que más quiero y la que, aunque me cueste años de conseguir, sé que la voy a lograr.

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