jueves, 7 de febrero de 2013

Encrucijada amorosa.

Escuché su voz, desde un mar de lágrimas me hablaba, pedía ayuda a sollozos. Gritaba que la rescataran de allí donde se encontraba; una encrucijada sentimental. Varios caminos abiertos, un único punto y demasiadas dudas para saber por donde seguir. Se sentía morir. Sola, en una habitación llena de fotografías que reavivaban los recuerdos de su corazón decidió acabar con todo, ponerle fin a las historias que no venían con un final escrito. Llena de lágrimas rompió las fotografías, los objetos de recuerdo de cada fecha importante y decidió deshacerse de ellos para siempre. Repentinamente, se contradijo y quiso que el mundo parase por un solo segundo, deshacer el mal que había cometido y recuperar todo lo que desapareció. Lamentablemente, era demasiado tarde. Se preguntó una y otra vez que era lo que había hecho, estaba completamente desesperada. La pena y el dolor la consumían minuto tras minuto, día tras día. Las emociones habían cambiado su aspecto radicalmente, ya no se reflejaban en ella. Había sido embaucada en el mundo del amor, enfermando así por cada vivencia perdida.

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