viernes, 28 de septiembre de 2012

Seven years old.

Con el tiempo se dio cuenta de que había cambiado. Ya no era la misma de antes, una parte de ella se había extraviado por el camino. La habían obligado a cambiar sin ella darse cuenta. Necesitaba recuperar ese algo, que hacía que fuera ella misma, pero no sabía que quería. Adulta y niña al mismo tiempo, dos adjetivos completamente opuestos que iban de la mano. Las situaciones que había vivido, le habían cambiado el carácter, necesitaba encontrarse a si misma. No sabía dónde hallarse, pero es algo que necesitaba. Siempre aprendiendo a aceptar sin reproches, a callar cuando necesitaba gritar y a esconder lo que sentía porque no había oídos ni intención de escuchar sus preocupaciones. Las pérdidas iban aumentando, el dolor crecía y junto a el, las vivencias disminuían. Una larga historia que jamás podría ser contada, un cuento basado en echos reales con un final por determinar. Una persona de por medio sufriendo las consecuencias de los errores decisivos que otras personas habían tomado. En ciertas ocasiones, se le ha llegado a pasar por la cabeza querer desaparecer de todo, pero aquello la ha hecho crecer y aprender a ser fuerte. Muchas lágrimas, sentimientos, rabia, odio, rencor, ternura, encogidas de corazón, dulzura y varias contradicciones de personalidad omitidas. Palabras que no podían expresar todo lo que ocurría en aquellas situaciones, recuerdos, voces, golpes, imágenes y gritos que no se borrarán de la memoria nunca. Uniones, separaciones, reencuentros, soledad, tristeza, discusiones, demasiado para tan poco tiempo y años. Seguir adelante y retroceder al mismo tiempo. Secretos, mentiras, huidas, consecuencias y todas sin solución. Pena y envidia por parte de muchos, rechazo por parte de otros y comprensión por la pequeña minoría restante. Personas que se han ido y han venido, lecciones aprendidas, páginas pasadas y otras pegadas, sufrimiento diario y una alegría robada que nunca fue recuperada. Miedo, temor, llamadas inesperadas, amenazas, muchos problemas, siempre con el materialismo de por medio. La espiritualidad son pequeñas dosis que siempre han faltado. Intentos de rehacerse como persona fallidos, desilusiones y aceptación al fin y al cabo por no ver más remedio. Soportar, aguantar, miradas que expresan odio, celos, muchos celos. Caprichos innecesarios, a montones, consecuencias, por todos lados. Almas comprimidas, todos los días a cada momento. Noches de insomnio, con demasiadas preocupaciones materiales por parte de unos, sentimentales por parte de otros y irremediables por parte del resto. Rechazo, pérdida de todo, hasta lo más importante, incluidas las personas de al rededor. De mal en peor, siempre. Apariencias falsas y siempre con la política verbal de por medio. Falsedades, miedo a lo desconocido, cartas, muchas cartas. Todas ellas con mensajes que nunca llegaron al corazón y se quedaron rotas en la basura, una detrás de otra. Abrazos, comprensión y cariño, ninguno. Todo sentimientos falsos e inexistentes, jamás metidos en el alma y el corazón. Siempre esa necesidad de escapar.







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